Un poema de José Landa*
Hay los anocheceres que duelen como agujas que lanza el infortunio. Hay también madrugadas que parecen no llegar a su fin, en este bosque frío
Hay los anocheceres que duelen como agujas que lanza el infortunio. Hay también madrugadas que parecen no llegar a su fin, en este bosque frío
Son dos, a mi juicio, los aciertos fundamentales que hacen de Fervor desde el trópico, poesía religiosa de Carlos Pellicer (Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, 2007), de León Guillermo Gutiérrez, un libro con un estudio…
Me acerqué, sin saberlo, a la poesía del poeta tabasqueño Ángel Suárez Rodríguez de la mano de mi padre.
Los cinco poemas que Beatriz Pérez Pereda ha querido leer en voz alta para esta entrada corresponden a su libro Persona no humana,* de próxima publicación
Figura central dentro del llamado grupo de "los contemporáneos" (del que formaron parte junto con él autores de la talla de Salvador Novo, Jaime Torres Bodet, Jorge Cuesta y Gilberto Owen)