En una ciudad catedralicia, de Thomas Hardy.*
Nunca esta gente oyó tu nombre ni paseante alguno en la tranquila plaza cundió el rumor de tu belleza célebre
Nunca esta gente oyó tu nombre ni paseante alguno en la tranquila plaza cundió el rumor de tu belleza célebre
Me acerqué, sin saberlo, a la poesía del poeta tabasqueño Ángel Suárez Rodríguez de la mano de mi padre.
Los cinco poemas que Beatriz Pérez Pereda ha querido leer en voz alta para esta entrada corresponden a su libro Persona no humana,* de próxima publicación
Cuando todos se hubieron reunido, los hombres en armas de guerra fueron a cerrar las salidas, las entradas, los pasos. Sus perros los van precediendo.
Figura central dentro del llamado grupo de "los contemporáneos" (del que formaron parte junto con él autores de la talla de Salvador Novo, Jaime Torres Bodet, Jorge Cuesta y Gilberto Owen)