Llamado por algunos críticos “el místico de la realidad material”, Luis de Góngora y Argote fue quizá el más grande sonetista del siglo de oro español. Muestra de ese misticismo exaltante y artístico, es el siguiente soneto, tomado de una antología anotada por la crítica Ana Suárez Miramón.
Sobre la exaltación que de la realidad realizó Góngora a través de su poesía, escribe la profesora Suárez en su introducción:
Más que una aportación nueva, lo que hizo Góngora fue vivificar lo ya existente mediante un original procedimiento de transformación artística…y si bien algunos de sus antecesores…ya habían expuesto esta dirección, Góngora consiguió llevar a sus últimas consecuencias la recreación de la naturaleza en términos de arte. Para lograrlo, forzó al máximo las posibilidades expresivas de cada palabra en su poder evocativo, sensorial y sugeridor. Así consigue presentar las cosas de la realidad, no como son, sino confundidas en un juego de metáforas, imágenes y sensaciones plásticas…
El soneto
En tenebrosa noche, en mar airado
al través diera un marinero ciego,
de dulce voz y de homicida ruego,
de sirena mortal lisonjeado,
si el fervoroso celador cuidado
del grande Ignacio no ofreciera luego
(farol divino) su encendido fuego
a los cristales de un estanque helado.
Trueca las velas el bajel perdido
y escollos juzga que en el mar se lavan
las voces que en la arena oye lascivas;
besa el puerto, altamente conducido
de las que, para Norte suyo, estaban
ardiendo en aguas muertas llamas vivas.
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Tomado de Góngora (edición, introducción y notas de Ana Suárez Miramón), Antología poética, RBA Coleccionables, España, 1994, 250 pp.
Acerca del autor
- (Córdoba, 11 de julio de 1561-Córdoba, 23 de mayo de 1627) fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, máximo exponente de la corriente literaria conocida más tarde, y con simplificación perpetuada durante siglos, como culteranismo o gongorismo, cuya obra será imitada a lo largo de los siglos en Europa y América.