Esta ciudad es de mentira, de Mario Benedetti.*

Vista del oeste de la ciudad de Montevideo, sacada del mirador de la casa de Don Juan María Pérez. Juan Manuel Besnes e Irigoyen, Acuarela y tinta sobre papel, 1848.

Un poema irónico, como el que más, este de Mario Benedetti. En él, el inolvidable autor uruguayo de entre otros muchos libros Poemas de otros y de La vida, ese paréntesis, el hablante lírico se declara escéptico ante lo que ve a su alrededor en la ciudad donde habita. Palmeras que se doblan, como en una fantasiosa ilusión, para rendirse al paso de los caballos; concejales simples que circulan por las calles en bicicleta; rayos justicieros cayendo sobre los techos y policías solidarios hasta las lágrimas.

El poema resulta irónico, pues si algo pudo presenciar el poeta durante un tramo de su vida en la Montevideo de los años setenta (la década en la que fue testigo del golpe de Estado que lo llevó a exiliarse en Argentina, Perú y Cuba) fue todo lo contrario a esa ciudad idílica que retrata en el poema.

No puede ser.
Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que las palmeras se doblen
a acariciar la crin de los caballos
y los ojos de las putas sean tiernos
como los de una Venus de Lucas Cranach
no puede ser que el viento levante las polleras
y que todas las piernas sean lindas
y que los concejales vayan en bicicleta
del otoño al verano y viceversa.

No puede ser.

Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que nadie sienta rubor de mi pereza
y los suspiros me entusiasmen tanto como los hurras
y pueda escupir con inocencia y alegría
no ya en el retrato sino en un señor
no puede ser que cada azotea con antenas
encuentre al fin su rayo justiciero y puntual
y los suicidas miren el abismo y se arrojen
como desde un recuerdo a una piscina.

No puede ser.

Esta ciudad es de mentira.
No puede ser que las brujas sonrían a quemarropa
y que mi insomnio cruja como un hueso
y el subjefe y el jefe de policía lloren
como un sauce y un cocodrilo
no puede ser que yo esté corrigiendo las pruebas
de mi propio y elogiosísimo obituario
y la ambulancia avance sin hacerse notar
y las campanas suenen sólo como campanas.

No puede ser.

Esta ciudad es de mentira.
O es de verdad
y entonces
está bien
que me encierren.

* Tomado de Mario Benedetti, Inventario, Bogotá, Nueva Imagen / Oveja Negra, 1980.
CDYP

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Acerca del autor

Mario Benedetti
(Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920-Montevideo, 17 de mayo de 2009)​ fue un escritor, poeta, dramaturgo y periodista uruguayo, integrante de la Generación del 45, a la que pertenecieron, entre otros, Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti. Su prolífica producción literaria incluyó más de ochenta libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de veinte idiomas.

About Mario Benedetti

(Paso de los Toros, 14 de septiembre de 1920-Montevideo, 17 de mayo de 2009)​ fue un escritor, poeta, dramaturgo y periodista uruguayo, integrante de la Generación del 45, a la que pertenecieron, entre otros, Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti. Su prolífica producción literaria incluyó más de ochenta libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de veinte idiomas.