“La biografía de un poeta está en sus libros más auténticos, porque la verdadera poesía está hecha de vida. La invención de los juegos malabares pertenecen a un ámbito en el que la poesía no participa. En el mejor poema están las experiencias entrañables de quien escribe, de quien habla. Los ejercicios ‘imaginativos’, que usurpan el mundo de las vivencias tan sólo buscan esconder, infructuosamente, una vida sin intensidad.” (p. 13, prólogo de Juan Domingo Argüelles).
Efraín Bartolomé es un poeta de la selva (nació en Ocosingo,Chiapas), pero también de los medios urbanos. Su poesía es rigurosa, no da pie al facilismo. Muy segura de sí misma. Da la impresión de que para él —como dice Argüelles— la poesía es sacerdocio, consagración. También su poesía erótica, contenida en Música Solar, es admirable.
Efraín Bartolomé, Agua Lustral: poesía, 1982-1987 (presentación de Juan Domingo Argüelles). México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes / Dirección General de Publicaciones [CONACULTA] (Lecturas Mexicanas. Tercera Serie; 81), 1994, 199 PP.
El libro se divide en cuatro apartados: 1) Ojo de jaguar (tiene que ver con la infancia del poeta y sus experiencias en medio de la selva); 2) Ciudad bajo el relámpago (trata de sus vivencias en un medio urbano); 3) Música solar (poesía amorosa lograda con singular maestría):
Desde el más personal de todos los silencios
tu vestido desciende
para aclarar el mundo
Cubres de sol mi piel
Propagas en mis muslos el motín de la carne
Mis párpados se cierran
Siento tu tacto hundiéndose
Buscando suaves luces
piel adentro.
Te contemplo desnuda
Soy
un cuchillo redondo
que te apunta.
4) Cuadernos contra el ángel (poemas de dolor y de sufrimiento existencial); esta parte a su vez se subdivide en tres apartados: a) Oleaje adolescente, b) Admonición del ángel, y c) Visión del sueño negro.
En Agua Lustral los poemas de Bartolomé son algo así como reflexiones emotivas; no son poemas fríos de estilo intelectual. Argüelles cita a Bartolomé cuando habla del proceso de la creación poética:
El verdadero poema es dictado. Se cuece dentro de uno como la materia negra en el vientre del atanor. La negrura enrojece con el fuego de la pasión hasta volverse blanca. Entonces el poema está maduro. Ya puedes escribirlo. La materia negra se ha convertido en oro. El poema es entonces el lapis, la piedra. Si lo sacas antes de tiempo no hay nada: un metal denigrado. Si no conoces el proceso pero actúas como un experto, hay trampa: eres un actor, un farsante. Si no pusiste en el atanor los elementos requeridos (sangre, huesos, tierra, tu Ser todo) y creíste que todo era un juego de palabras, bordado en el vacío, ritual artificioso, eres un apolíneo, embustero, chapucero, falso. Como todos los apolíneos, a lo sumo deslumbrarás, pero no conmoverás. Pero si la diosa responderá a la invocación no es asunto nuestro, sólo Ella lo decide. Lo único de lo que podemos estar seguros es de la pureza de nuestra invocación. (p. 17-18).
Algunos fragmentos del libro:
CASA PATERNA
Amanece.
En la oscuridad, corriendo entre el tapanco y el tejado,
me despierta un murmullo:
es la voz de mis padres que conversan en un cuarto vecino.
DONDE HABLA LA CENIZA
Puedo ver ranchos a lo lejos
Humo
Sonidos casi humanos
¿Qué verías en tardes como estas
un siglo de árboles atrás?
¿Estás ahí?
Tatarabuelo Amigo Viejo fantasma
¿Estás ahí?
Nada
Sólo el viento zumbando
entre los ocotales.
EJE CENTRAL
Las siete de la noche y no soy yo son mis
pasos sin orden los que cargan mi cuerpo sobre al asfalto
fresco de San Juan de Letrán
Llovió y huelen bien el aire y
el asfalto y la gente
La tarde respiró un aliento fresco.
Acerca del autor
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Francisco Payró
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Macultepec, Tabasco (1975). Economista y escritor. Autor de "Bajo el signo del relámpago" (poesía), "Todo está escrito en otra parte" (poesía) y "Con daños y prejuicios" (relatos). Ha publicado poesía, ensayo y cuento en diferentes medios y suplementos culturales de circulación estatal y nacional.