Cuando todos se hubieron reunido,
los hombres en armas de guerra
fueron a cerrar las salidas,
las entradas, los pasos.
Sus perros los van precediendo.
Entonces se oyó el estruendo,
se alzaron los gritos.
Los maridos buscaban a sus mujeres.
Llevaban en brazos a sus hijos pequeños.
Con perfidia fueron muertos,
sin saberlo murieron.
Y el olor de la sangre manchaba el aire.
Y los padres y madres alzaron el llanto.
Fueron llorados.
Se lloró por los muertos.
Los mexicanos estaban muy temerosos.
Miedo y vergüenza los dominaban.
Y todo esto pasó con nosotros.
Con esta lamentable y triste suerte
nos vimos angustiados.
En los caminos yacen dardos rotos.
Las casas están destechadas.
Enrojecidos tienen sus muros.
Gusanos pululan por calles y plazas.
Golpeamos los muros de adobe
y es nuestra herencia
una red de agujeros.
Acerca del autor
- (Ciudad de México, 30 de junio de 1939- Ciudad de México, 26 de enero de 2014). Fue un destacado escritor mexicano que publicó poesía, crónica, novela, cuento, ensayo, crítica literaria y traducción. Se le considera integrante de la llamada generación de los cincuenta o de medio siglo, en la que también se incluye a Juan Vicente Melo, Inés Arredondo, Juan García Ponce, Huberto Batis, Sergio Pitol, José de la Colina, Salvador Elizondo, Carlos Monsiváis, entre otros.