3.
«Lo he leído, pienso, lo imagino;
existió el amor en otro tiempo.»
Será sin valor mi testimonio.
RUBÉN BONIFAZ NUÑO
Recuerdo que el amor era una blanda furia
no expresable en palabras.
Y mismamente recuerdo
que el amor era una fiera lentísima:
mordía con sus colmillos de azúcar
y endulzaba el muñón al desprender el brazo.
Rey de las fieras,
jauría de flores carnívoras, ramo de tigres
era el amor, según recuerdo.
Recuerdo bien que los perros
se asustaban al verme,
que se erizaban de amor todas las perras
de sólo otear la aureola, oler el brillo de mi amor
—como si lo estuviera viendo—.
Lo recuerdo casi de memoria:
los muebles de madera
florecían al roce de mi mano,
me seguían como falderos
grandes y magros ríos,
y los árboles —aun no siendo frutales—
daban por dentro resentidos frutos amargos.
Recuerdo muy bien todo eso, amada,
ahora que las abejas
se derrumban a mi alrededor
con el buche cargado de excremento.
Acerca del autor
- (Ciudad de México, 14 de julio de 1929-25 de mayo de 2022). Poeta, ensayista y narrador. Entre sus libros: «El tigre en la casa» (1970), «La zorra enferma» (1974), «Tercera Tenochtitlán», (1983), «Tabernarios y eróticos», (1988).